¡EL DESTINO SE COSE A MÁQUINA!

 ¿Soy costurera? ¡PUES CLARO QUE SÍ! Bueno… más o menos… O SEA, técnicamente sí, pero si alguien me dice "maestra de la costura", me pongo roja como hilo de bordado.

La verdad es que amo coser. Mi máquina de coser es mi mejor amiga (y también mi peor enemiga cuando decide comerse el hilo como un monstruo insaciable). Cada vez que piso el pedal, siento que arranco en una carrera de Fórmula 1, solo que en vez de ganar trofeos, gano montañas de retazos y alfileres clavados en los dedos.

Pero lo mejor es que, mientras coso, me convierto en la protagonista de una épica historia. ¡Sí, señores y señoras! En mi mente, soy la heroína de un drama costuril:

🔹 El hilo que se acaba justo cuando estoy en la última puntada (¡NOOOO! MÚSICA DE SUSPENSO)
🔹 La aguja que se rompe en el peor momento (¿¡POR QUÉ, UNIVERSO!? ¡¿POR QUÉ?!)
🔹 El hilo enredado que me hace perder media hora de mi existencia (¡REBELIÓN EN LA MÁQUINA!).

Pero a pesar de los obstáculos (y de las veces que he querido tirar la máquina por la ventana), sigo adelante. Porque en el fondo sé que tengo un súper poder: darle vida a la tela, convertir simples retazos en algo increíble. Sueño con el día en que pueda vivir de esto, donde mi identidad secreta sea "La Sastrecilla Intrépida" y mi capa esté hecha de los retazos que me sobraron de otros proyectos.

Por ahora, sigo avanzando, puntada a puntada, descosiendo errores y aprendiendo con cada costura. Un día, mi nombre será leyenda en el mundo de la moda… o al menos, en la mercería de la esquina.

¡AGUJA, HILO Y A LA AVENTURA! ✂️💥



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